domingo, 22 de abril de 2007

Acerca de la igualdad de derechos para gays, lesbianas, bisexuales y transexuales

Como sabreis, el PP, la derecha, tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional (TC) la reforma del matrimonio de julio de 2005. Ésta dio derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo, con todo lo que ello implica en materia de adopciones de niñ@s conjuntas, ventajas económicas y fiscales, etc. Además supone el logro de la igualdad legal, independientemente de que gays y lebianas ejerzan sus nuevos derechos o no. Es evidente que tener la igualdad legal es condición necesaria, pero no suficiente, para lograr la igualdad real.

La objeción principal de la derecha, en connivencia con sus colegas de la Conferencia Episcopal, es que la unión homosexual no debe de llamarse matrimonio. Pretenden dar la impresión de que el único problema es el nombre pero que a efectos prácticos da lo mismo, pero ya sabemos que la derecha suele utilizar la mentira y la manipulación como instrumento para hacer política.

Dar tanto la brasa con el nombrecito no es más que una excusa para poder crear una figura jurídica diferente al matrimonio, que ellos llaman "unión civil estable", para así poder darle un contenido menor. Porque la otra opción para ellos sería crear un matrimonio de segunda, que sería discriminar de forma más descarada y, por lo tanto, una medida de dudoso encaje en nuestro ordenamiento jurídico que los jueces podrían tumbar.

¿Y a qué me refiero con "darle un contenido menor"? Pues se trata, como probablemente el lector ya sepa a estas alturas del post, de que esa "unión civil estable" que propone la derecha tendrá los mismo derechos que el matrimonio salvo uno: el de adopción conjunta de niños. Es decir: dejar la situación de la adopción por parte de parejas homosexuales como hasta ahora: adopción individual sí, adopción conjunta no, con todas las trabas que ello supone para adoptar y las implicaciones socioeconómicas que tiene. Profundizo en esta cuestión en el siguiente post.

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